Grace and Peace, my brothers and sisters:
Last weekend, we gathered for our first Family of Eight Fun Night, and the turnout was incredible. It was encouraging to see so many people come together with fellow brothers and sisters in Christ. The night was filled with joy and a strong sense of community. Music was played during the games, and people relaxed, talked, and shared time. Thank you to everyone who attended; stay tuned for our upcoming events.
On Monday, we received news that Pope Francis accepted Archbishop Listecki’s retirement letter and appointed Bishop Jeffrey S. Grob as the new Archbishop-Designate of the Archdiocese of Milwaukee. We are grateful for Archbishop Listecki’s faithful service and thank God for our new Archbishop-Designate, Grob. As the Vicar for Hispanic Ministry, I participated in the welcoming Mass at the pastoral center, where I had the opportunity to speak with Archbishop-Designate Grob. The transition has begun, and in January, Archbishop-Designate Grob will be installed as our 12th Archbishop of Milwaukee. On Tuesday, we had the elections. We pray for our Archdiocese and nation as we navigate this time. As disciples of Christ, we surrender ourselves to his mercy, love, and will. Lord, in You we trust.
This weekend, we find two people of great faith, generosity, and solidarity. The Prophet Elijah received help from a widow with a son who barely had anything to eat. At Elijah’s request, she obeyed and trusted in the Lord. Through her generosity, she received abundantly in her life. In the Gospel, Jesus called his disciples’ attention to the widow who put all she had in the collection basket. Jesus admires her generosity and commitment. She gave with all her heart. These two widows are portrayed as examples of generosity, solidarity, and humility, contrasting with the rest of the world. It is also a powerful testimony, because widows in the time of Elijah and Jesus came last in the social pyramid. They were marginalized, relegated to the outskirts of society, and not taken into consideration, since they did not have a man to provide for them. Yet, the Sacred Scriptures give us these two women as examples of generosity, solidarity, and commitment.
The widow from Zarephath had lost all hope. She told Elijah that she was going to prepare some food, eat, and die with her son. The prophet reminded her of God’s love and care for his people. She trusted in God’s providence and provided food for the prophet, and she and her son had food for a whole year. She experienced abundance in her life when she gave away all her food. This is God’s mysterious way. When we put all our trust in the Lord, he will provide for us abundantly. The widow at the temple did the same. She gave all she had. She trusted in God’s providence, and she was rewarded. Today, I invite my brothers and sisters to look into your life. What do these two widows teach us about generosity? What do these two widows teach us about providence? What do these two widows teach us about solidarity?
Jesus contrasts the generosity of the widow with the generosity of the rich. Jesus contrasts the humility of the widow with the arrogance of the leaders and scribes. The widow gives all she has, and the rich give from the surplus. The widow humbles herself, and the scribes look for places of privilege. Are we giving to God the surplus of our attention? Are we giving to God the surplus of our time? As we continue this week of our lives, let us stop and think of ways we can be more generous, of ways we can be humbler, of ways that we can show our solidarity to others, of ways that we can trust more in the providence of God.
Blessings,
Fr. Juan M Camacho
Gracia y paz, mis hermanos y hermanas:
El fin de semana pasado, nos reunimos para nuestra primera Noche de diversión familiar de ocho personas, y la participación fue increíble. Fue alentador ver a tanta gente reunirse con sus hermanos y hermanas en Cristo. La noche estuvo llena de alegría y un fuerte sentido de comunidad. Se tocó música durante los juegos y la gente se relajó, habló y compartió tiempo. Gracias a todos los que asistieron; estén atentos a nuestros próximos eventos.
El lunes, recibimos la noticia de que el Papa Francisco aceptó la carta de retiro del Arzobispo Listecki y nombró al Obispo Jeffrey S. Grob como el nuevo Arzobispo Designado de la Arquidiócesis de Milwaukee. Estamos agradecidos por el fiel servicio del Arzobispo Listecki y agradecemos a Dios por nuestro nuevo Arzobispo Designado, Grob. Como Vicario para el Ministerio Hispano, participé en la Misa de bienvenida en el centro pastoral, donde tuve la oportunidad de hablar con el Arzobispo Designado Grob. La transición ha comenzado y en enero, el Arzobispo Designado Grob será instalado como nuestro 12º Arzobispo de Milwaukee. El martes tuvimos las elecciones. Oramos por nuestra Arquidiócesis y nuestra nación mientras atravesamos este tiempo. Como discípulos de Cristo, nos entregamos a su misericordia, amor y voluntad. Señor, en Ti confiamos.
Este fin de semana, encontramos a dos personas de gran fe, generosidad y solidaridad. El profeta Elías recibió ayuda de una viuda con un hijo que apenas tenía nada para comer. A petición de Elías, ella obedeció y confió en el Señor. A través de su generosidad, recibió abundantemente en su vida. En el Evangelio, Jesús llamó la atención de sus discípulos sobre la viuda que puso todo lo que tenía en la canasta de la colecta. Jesús admira su generosidad y compromiso. Ella dio con todo su corazón. Estas dos viudas son retratadas como ejemplos de generosidad, solidaridad y humildad, en contraste con el resto del mundo. También es un testimonio poderoso, porque las viudas en el tiempo de Elías y Jesús ocupaban el último lugar en la pirámide social. Ellas eran marginadas, relegadas a los márgenes de la sociedad, no eran tomadas en cuenta, ya que no tenían un hombre que las sustentara. Sin embargo, las Sagradas Escrituras nos dan a estas dos mujeres como ejemplos de generosidad, solidaridad y compromiso.
La viuda de Sarepta había perdido toda esperanza. Le dijo a Elías que iba a preparar algo de comer, comer y morir con su hijo. El profeta le recordó el amor y el cuidado de Dios por su pueblo. Ella confió en la providencia de Dios y proveyó comida para el profeta, y ella y su hijo tuvieron comida para todo un año. Experimentó abundancia en su vida cuando dio toda su comida. Este es el camino misterioso de Dios. Cuando ponemos toda nuestra confianza en el Señor, él nos proveerá abundantemente. La viuda en el templo hizo lo mismo. Ella dio todo lo que tenía. Confió en la providencia de Dios, y fue recompensada. Hoy, invito a mis hermanos y hermanas a mirar dentro de su vida. ¿Qué nos enseñan estas dos viudas sobre la generosidad? ¿Qué nos enseñan estas dos viudas sobre la providencia? ¿Qué nos enseñan estas dos viudas sobre la solidaridad?
Jesús contrasta la generosidad de la viuda con la generosidad de los ricos. Jesús contrasta la humildad de la viuda con la arrogancia de los líderes y los escribas. La viuda da todo lo que tiene, y los ricos dan de lo que les sobra. La viuda se humilla, y los escribas buscan lugares de privilegio. ¿Estamos dándole a Dios lo que nos sobra de nuestra atención? ¿Estamos dándole a Dios lo que nos sobra de nuestro tiempo? Mientras continuamos esta semana de nuestras vidas, detengámonos y pensemos en maneras en que podemos ser más generosos, en maneras en que podemos ser más humildes, en maneras en que podemos mostrar nuestra solidaridad con los demás, en maneras en que podemos confiar más en la providencia de Dios.
Bendiciones,
P. Juan M Camacho